martes, 22 de octubre de 2013

Las Microempresas y sus Problemas

El sector microempresarial en sí, no es un problema, en absoluto, muy por el contrario, la experiencia internacional, en países como Italia, Francia o Dinamarca donde el estado y el sector privado se han preocupado especialmente de este sector, apoyando no solo a través de la entrega de microcréditos sino también en el fortalecimiento de las redes de apoyo y distribución de los productos de estas microempresas. de lo anterior se desprende entonces, que el problema real son las condiciones y las oportunidades desiguales en las cuales estas empresas compiten en relación con las pequeñas, medianas y grandes empresas, desigualdades que van desde el más elevado costo de las materias primas, insumos y/o productos, hasta las políticas reglamentarias de las entidades financieras que definen el marco para las operaciones comerciales representan grandes obstáculos al desarrollo de este sector, y las microempresas que logran acceder al sistema financiero deben asumir altísimas tasas de interés, por ser según estas entidades, operaciones de alto riesgo, aunque lo contrario haya sido comprobado.

Las microempresas, especialmente las ligadas al sector informal, han experimentado una apreciable expansión después de la crisis de 1982, así como en la crisis asiática de finales de los ’90. según Marshall y Fuentealba (1989), las determinantes de este fenómeno son el deterioro de los niveles de ingreso, el incremento de las tasas de desempleo, y la adopción de un modelo económico que privilegia la iniciativa individual, aún en condiciones de altos niveles de pobreza y fuertes diferencias en la productividad de los factores. En cuanto al empleo, siguiendo con los mismos autores, la baja capacidad de la industria para generar empleos estables, contrasta con el sector microempresarial, el cual muestra una elevada capacidad de generación de puestos laborales.



Las pequeñas y microempresas juegan un papel importante en la economía, generando empleo, contribuyendo al crecimiento económico y a una distribución más equitativa del ingreso. Estas unidades productivas afrontan determinados problemas, los cuales dentro de la realidad chilena son:

a) problema de gestión: en este sentido no existe una planificación del trabajo, que se refleja en la falta de un plan de trabajo, falta de horarios, insuficiente administración de recursos, problemas en el manejo y distribución del dinero (no presentan sueldos fijos y no cuentan con sistemas de registros contables eficientes) y falta de manejo de las leyes laborales.

b) problema de carácter financiero: vulnerabilidad ante los cambios en las condiciones macroeconómicas (períodos de alta inflación, aumento de las tasas de interés, escasez de recursos, etc.), dificultad de acceder a los créditos disponibles por las garantías que éstos exigen (hipotecarias, prendarias, avales, etc.). Escaso conocimiento para la toma de decisiones y el manejo financiero de sus microempresas.

c) problema de comercialización: dificultad de adquirir insumos para la producción, problemas para acceder a mercados más rentables para la venta de sus productos, falta de realismo en los estudios de mercado, dificultades para obtener permisos de venta y desconfianza en la calidad de sus productos por parte del público.

d) problema en las condiciones de trabajo: escasa o nula cobertura de seguridad social e inestabilidad del empleo, especialmente en períodos de crisis de la microempresa. tendencia a un bajo nivel de ingresos debido a que ocupa una alta proporción de trabajadores con escasa calificación.

e) problema en el ámbito tecnológico: técnicas de producción simples y artesanales, bajo nivel de componentes tecnológicos no físicos (no se manejan conceptos modernos de organización ni de administración) y falta de capital para mejorar la tecnología productiva.

la mayoría de estos problemas de alguna u otra manera se hacen presentes en los microempresarios de sectores populares, que son aquellos que cuentan con menores recursos. los estudios demuestran que casi la mitad de la población activa del país trabaja en estas unidades productivas, donde un tercio de ellos vive en condiciones de pobreza y presenta problemas en el manejo de sus negocios. esto incide en su calidad de vida ya que los empleos son de mala calidad, generando constante inestabilidad e inseguridad social. hay que tener en consideración que la microempresa se ha convertido en un vehículo clave para que las familias pobres puedan escapar de esa condición por medio de actividades productivas regidas por los mecanismos del mercado, o sea, pasan a ser una alternativa económica y de subsistencia para numerosas familias chilenas. Estudios han confirmado que muchas de estas unidades económicas tienen una base familiar, dirigida y administrada por uno de los integrantes y tienen su funcionamiento en la vivienda o en un local adyacente a ella.

De más está decir que la falta de un programas "serios" para trabajar en el fomento de microempresas, pequeñas empresas y nuevos emprendedores, por parte de las instituciones especializadas del gobierno niega la posibilidad y disminuye las posibilidades de que chile avance hacia el desarrollo.

 

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